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Colección Andrómeda
Creada para la publicación de nuevas ediciones de obras consagradas nacionales e internacionales, obras bilingües y obras reunidas.
Que tire la primera piedra quien no le ha dado la espalda al triste circo del mundo. ¿Qué hay, en el mundo, que alguna vez, todos, quisimos darle la espalda? O mejor dicho, ¿qué le falta? Valeria Correa Fiz no nos lo dice explícitamente, pero nos propone, a través de este poemario, un diálogo. Mientras habla, va tapando con el refulgente harapo de la palabra, los vacíos y las ausencias. El deseo es una forma de la ausencia, ¿de quién? Del amado, de la patria, de la justicia, de aquella realidad que, en sueños, se deja entrever y que se dispersa ni bien pisamos el otro lado de esta otra nebulosa, pálida realidad.
Amar a veces es simplemente amar. Otras, es invertir, capitalizar lo que haya para mí, conseguir algo. Aquí no hay eso porque no hay, en estos poemas, una idea del placer egoísta, si no un erotismo reparador del otro que no está, o que está yéndose, o que está en viaje, que siempre es un cuerpo o una materia ausente que el sujeto lírico -amantísimo y casi maternal- alivia, perdona, y deja marchar: Ven:/ llora entre mis piernas,/ bebe del cuenco de mis manos el agua pura./ Estoy esperándote hace tiempo; te he amado hasta en las pérdidas… No juzga. No pide. No hiere. Es sabio y antiguo, este dolor, de sabernos desgarrados y solos.
Como el ser amado, el Sur, ese territorio hecho de verdad y fascinaciones, es un lugar de deseo siempre inalcanzable, siempre en fuga, un lugar al que no se llega nunca porque es lejano, o porque el Sur que se anhela es interior y no tiene su correlato en lo real, o porque es muchas veces el Sur y quien anhela va construyendo, con esas pérdidas, una identidad: Cada exilio -dice Correa Fiz- es un modo de encontrarme en la pérdida/ y descubrirme en la ausencia.
Lo excesivo de la vida en su modo especular -aquello que no está pero podría- aparece, en Perder el sur, exquisitamente representado, porque me lo quitarán todo,/ menos/ el misterio de la voz que me escribe.
Agradecemos esta voz -estas iluminaciones-.
Elena Anníbali
Sabe la loba que los mitos no mienten o mienten mejor que nadie. Por eso aúlla y se transforma, como el amor, de piedra a polvo astral, de las ruinas de Troya a las de su país, que en el crepitar de los siglos son la misma matria. Sosteniendo como Atlas un mundo en su espalda, por la espiral de su ombligo va de la teta a la lepra, y en el vaivén descubre un siempre irse y un siempre volver, a cantar, a contar, a citar las muchas voces del origen, la identidad y el destino. De ahí que la loba Casandra invoque al tres, que por algo es el número de la fuerza, de la magia, de la épica.
Saben estos poemas ser épica ser lírica ser tragedia, ser cursis ser violentos y suaves ser andrógines queers ser tradición y barbarie ser Eros y Tánatos jugando al ajedrez o una cigarra cantándole al olvido, ser venganza de Dafne ser para Edipo ojitos de peluche, ser nana para Safo ser griegos ser romanes ser troyanas ser mágicos tristes celestes ser barroco sevillano ser agujas en el vientre de Penélope o la virginidad tomando café en un bar de Pellegrini.
La palabra nombra y crea mundos: es magia es poder es poesía es maullido lunático es el aullido atávico de la loba infinita.
Rocío Muñoz Vergara
Estas son las tierras bajas. Las del barro. Las que se inundan. Donde nada crece ni funciona. Donde las baterías de la civilización están en sus últimas líneas y hasta el lenguaje se acaba. Allí algunos no hablan, no pueden o no quieren. Todo se raciona. Y día a día las pandillas de chicos en bici o a caballo se disputan el control de la zona. En cuanto uno asoma cabeza, hay otro listo para cortarla. En el medio de las cruzadas barriales, la gente sobrevive. Trata de no llamar la atención. De hacerse invisible. Pero la narradora tiene un problema: un poder. Sabe leer y escribir, y debe poner sus servicios a alguna de las bandas en guerra. Peor aún, en un mundo en el que los autos son una rareza, aparece un vehículo tan extraño como un animal mitológico: ¿el último Falcon de pie? El abuelo, un ex corredor de Turismo Carretera, es quizás el único capaz de devolverle la vida. "El último Falcon sobre la tierra" nos cuenta nueve días de una comunidad extraña, marcada por la tragedia y las catástrofes, pero también por nuevos comienzos. Porque, como dice la narradora: “La esperanza adquiere a veces unas formas muy extrañas”.
LEANDRO ÁVALOS BLACHA
A los personajes de Esos de ahí afuera —tan diferentes, tan similares entre sí— los miramos a hurtadillas, desde lejos, por temor a reconocernos en sus miserias. Seres atenazados por una pérdida inminente o por el deseo de lo inalcanzable, empujados a tomar decisiones en situaciones cotidianas que, debido a su impericia o debilidad, ellos mismos transforman en situaciones límite: César advierte cuán frágil es su vida familiar; Nadia rechaza a su ángel de la guarda; Belén aprende a ser un botín de guerra; las sombras se ciñen sobre Gustavo cuando alcanza la gloria profesional; Haydée se deja arrancar un bebé de las tripas porque es lo que corresponde; a Antonio la vejez lo vuelve invisible; Alexander no sabe cómo escapar, ni del mundo ni de sí mismo; un viaje en avión transforma a Gregorio; a Rogelio la muerte no le quita el sueño; y Francisca lo entiende todo, absolutamente todo minutos antes de morir... Cuentos que construyen un fabuloso catálogo de semblanzas y registros —el lector encontrará modismos españoles, rioplatenses o mexicanos— y, esencialmente, de modos de enfrentarse al mundo.
“Diez fogonazos o bengalas que iluminan parcialmente lo que nos rodea. Su lectura nos deja con ese sentido de extrañeza con que, en algunos momentos de rara lucidez, contemplamos nuestras propias vidas”.
Pedro Zarraluki
“Un ejercicio de tonalidades, de circunstancias, de laberintos y encrucijadas”.
Carlos Skliar
“Una brillante muestra de por qué el ser humano es tan fascinante como imperfecto”.
José Ignacio García Martín
El reposo de la tierra durante el invierno parece ser una novela histórica de primera mano, y digo parece porque en su narrativa subyace la elección de una forma de relacionarse con el pasado. La voz que narra nos introduce en la memoria, como si el recuerdo también fuese una trampa. Desde ese espacio nos muestra el derrotero de una familia que se derrumba mientras el país se derrumba. Nos acerca a su historia que se desarrolla desde la inocencia de una niña hasta su adolescencia, las cuales repasa mientras sus recuerdos evocan las desapariciones y pérdidas de libertades que ocurren en la Argentina de mil novecientos sesenta y ocho a los ochenta.
En una novela es importante ver desde donde se narra, incluso a veces es necesario dar unas pinceladas a los recuerdos. Así nos damos cuenta de la desvinculación que sufrimos para con otras realidades mientras vivimos aquello que parece ser nuestra realidad. Este personaje nos invita a rescatar lo que hubo de bueno en el pasado, a entender cuan difícil es no reproducir la violencia que nos rodea y a confiar en los pasadizos de nuestra memoria. Lo pendiente está presente en esta hermosa novela y lo pendiente es lo que no alcanzamos a ver todavía.
Mayda Colón, poeta.
Puerto Rico
Transgénica es un libro urgente, un libro necesario. ¿Para qué necesitamos los poemas, por qué urge escribirlos? Gabby De Cicco se lo pregunta, una y otra vez, mientras cumple su misión, mientras hace lo que tiene que hacer: escribir. El epígrafe de Chantal Maillard que abre este libro dice: escribir/¿y no hacer literatura?/…/¡y qué más da!/hay demasiado dolor/en el pozo de este cuerpo/para que me resulte importante/una cuestión de este tipo./Escribo/para que el agua envenenada/pueda beberse.
Esta es la declaración de principios que indica que estamos frente a un libro que no podría no haber sido escrito. Esos son los libros -pienso- que hacen falta: los que están en el lugar del aire para quien está asfixiándose, los que son alimento cuando se desfallece, los que sostienen -físicamente- un cuerpo que trastabilla, que busca, desesperadamente, evitar la caída, los que nos nutren, nos hidratan, nos mantienen con vida en medio de tanta muerte. Los que hacen, por su sola existencia, por la combinatoria de sus palabras y sus silencios, que el agua envenenada pueda beberse.
Claudia Masin
Esta nouvelle es el relato de un mapa mental que se cae a pedazos. Es también una historia de homesickness, en la cual la añoranza se convierte en enfermedad física, contagio, veneno. Graciano nos invita a un viaje nada placentero, a un lugar inestable donde no hay identidad ni espacio para echar raíces, pero la ternura, la inocencia y los encuentros que se asoman en medio del derrumbe, hacen de este un viaje imperdible.
Soledad Marambio
En "Vladimir va al paraíso" todos los caminos conducen a Rosario, pero el escenario del texto es la Europa de entreguerras, previo a la Segunda Guerra Mundial. Un filósofo taoísta leninista se ve forzado a huir de Berlín por la amenaza de los nazis. En sus viajes por las grandes capitales europeas, y luego hacia América en barco, conoce a figuras célebres de la literatura, de la plástica, de la música, de la moda y del fútbol. Con ellos debate sobre temas existenciales, vive amores, aventuras y exalta el placer de la comida. Las citas de escritores y de canciones populares forman parte de ese eterno retorno a la ciudad del autor, a un compendio de bares, boliches bailables, anécdotas y paisajes urbanos con el río como telón de fondo. El tono del libro, que fue escrito en forma de falsas crónicas, es casi siempre zumbón, humorístico, disparatado, pero también reflexivo. El pensamiento de Vladimir se abre paso con inspiración espontánea y vale la pena seguirlo.
Manuel López de Tejada
La protagonista de esta historia es una huésped pero sin “casa” para alojarse. Es huésped de un no-lugar. Una mujer que se interroga y busca una identidad, un sitio, un “alojamiento” donde hospedarse, porque no encaja, a pesar de los casilleros que ella sabe que le han sido adjudicados; “sencillamente” no encaja. Como diría Julia Kristeva, somos “extranjeros para nosotros mismos”.
Toda la novela, bajo la forma de una pregunta no explícita hasta el final, y un desarraigo, una búsqueda o un intento de, es la descripción de una extranjeridad, que no solo es femenina (aunque eso la acrecienta) sino constitutiva de nuestra humanidad. La lucha por construirse, por hacerse un lugar en medio de una lengua extranjera, en medio del extrañamiento, es la lucha de esta mujer por hospedarse a sí misma en sí misma. Pero lo ajeno sale del propio cuerpo (nunca propio, siempre de otro), como lo más íntimo y lo más irreconocible al mismo tiempo. Es la extimidad absoluta.
“Una novela de prosa descarnada acerca del centauro de carne y palabra que somos, y de la construcción de la identidad que, como una soga, anuda los dos extremos”.
Valeria Correa Fiz
“Contar el desarraigo, la pérdida del idioma, las distorsiones que produce en el propio cuerpo y en la vida de pareja. La huésped de Florencia del Campo, habla de estas nuevas realidades con voz potente y original. Un libro conmovedor, imprescindible”.
Clara Obligado
“Cotidiano” se estrena en la Colección Andrómeda, espacio que Baltasara Editora destina a segundas ediciones y autores consagrados. En este proyecto editorial, originalmente ideado por la editora Liliana Ruiz, se incluye la participación del Artista Plástico Pablo Santín, quién, tomando como punto de partida los cuentos que integran este libro, ilustra las láminas que acompañan a cada uno de ellos.
Las polacas de Patricia Suárez se publicó por primera vez en el año 2002 bajo el sello editorial “Teatro Vivo”. Esta segunda edición incluye la obra “Desván” en la trilogía original, reproduce el prólogo de la primera edición escrito por Mauricio Kartun e incorpora otro prólogo, “La prostitución en Rosario 1874 -1932” de la historiadora e investigadora Dra. María Luisa Múgica, le aporta un contexto histórico a las piezas teatrales.
Se transcribe la contratapa del libro:
“Aunque sigue siendo un tema candente hoy día, la historia de la trata de blancas en Argentina tiene poco más de cien años.
En 1906 se creó en Buenos Aires la Sociedad de Socorros Mutuos Varsovia dedicada al negocio de la prostitución e integrada en su mayoría por judíos polacos. La Varsovia cambió su nombre por el de Zwi Midgal cuando las entidades judías la denunciaron, puesto que reprobaban la actividad desarrollada por la organización.
La red armada por la Zwi Migdal se iniciaba con la llegada a aldeas de Polonia del “novio” en busca de una prometida para contraer matrimonio. Las “casamenteras” entregaban adolescentes pobres y vírgenes, cuya familia esperaba paliar su precaria situación económica con el cobro de la “dote” del ventajoso matrimonio de la hija. Muchas venían engañadas y muchas aceptaban a sabiendas que ejercerían la prostitución en un país extraño, a cambio de sobrevivir a los progroms rusos y a la dura existencia en Polonia y en toda la Europa del este. La boda (falsa) se realizaba al llegar a Buenos Aires en la Sinagoga que la Zwi Migdal tenía en la ciudad. Días después la recién casada comenzaba a trabajar en un prostíbulo.
Se estima que el número de víctimas rondó los 3.000, casi todas en burdeles de Rosario y Buenos Aires. En Rosario la prostitución habilitaba los 18 años como edad mínima para ejercer el oficio en comparación con Buenos Aires que fijaba esa edad en 22 años, lo cual benefició a los tratantes.
La denuncia de Raquel Liberman, que ejercía el oficio en un prostíbulo de Valentín Alsina provocó la caída del floreciente negocio, hacia comienzos de la década del ´30.
Sobre la historia real, Patricia Suárez construye con delicadeza y humor tres piezas sobre diferentes momentos de la trata de blancas. En Casamentera (La señora Golde): la negociación entre el “importador” y la casamentera; La Varsovia: el barco que vuelve a Argentina transportando a la nueva “esposa” del rufián y Desván: el día imaginario en que Carlos Gardel visitó un burdel rosarino para alegría y gloria de las polaquitas esclavas que esperan solazarse con su visita.
Desde su estreno en 2002, estas obras recorrieron toda la Argentina, América latina y Estados Unidos, y en la ciudad de Washington tuvieron su versión musical en 2014. Actualmente son piezas de estudio en las academias de actuación y siguen representándose continuamente”.